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Subasta 1026, Lote # 32 MEDALLÓN DE MONJA CON LA VIRGEN DEL APOCALIPSIS CORONADA POR LA TRINIDAD Y SANTOS (SAN JOSÉ, SAN JUAN, SANTO TOMÁS, SAN JUAN NEPOMUCENO, SAN BERNARDO Y SAN ANTONIO).
Firmado: F. Miguel de Herrera
Óleo sobre pergamino
13 cm de diámetro
Detalles de conservación
Puede advertirse en numerosos retratos de monjas la presencia de medallones o escudos, generalmente utilizados en la Nueva España por las monjas concepcionistas y jerónimas, prendidos del escapulario a la altura del pecho. En ellos pueden verse representadas escenas de la vida de la virgen como la anunciación y la asunción, así como los santos venerados por la orden religiosa a la que pertenecía la monja. Es importante resaltar que muchos de estos medallones, originalmente pintados sobre lámina de cobre y montados en plata, nácar o carey (Muriel y Romero 25, 203), hoy se conservan en colecciones públicas y privadas e incluso están firmados por pintores notables de la época, es el caso de los pintores Miguel Cabrera, Juan Patricio Morlete Ruiz, José de Alcíbar, Andrés López y Francisco Antonio Vallejo, entre otros.
En esta obra puede verse a la virgen María como la mujer del apocalipsis, según San Juan, en la que el evangelista refiere haber visto una dama vestida con el sol, parada sobre la luna y coronada de estrellas; a la que siguió la visión de la bestia bermeja de siete cabezas y su frustrado intento por devorar al hijo de la Mujer, que tan pronto nació, fue puesto a salvo junto al trono de Dios. Como la bestia decidió entonces acosar a la Mujer, ésta fue dotada con un par de alas de águila para huir al desierto. Al principio, esa Mujer fue entendida como una personificación de la Iglesia, y si bien pronto se empezó a ver en ella a la Virgen María, fue hasta el siglo XII, con san Buenaventura, que esta identificación se popularizó. Por otro lado, con el arte de la Contrarreforma, en el siglo XVII, se hizo frecuente en su representación fundir a la Mujer con el modelo de María bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, vestida de azul y blanco.
De Fray Miguel de Herrera se sabe que nació en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, en 1696 y que en 1712 tomó el hábito agustino en el Monasterio del Espíritu Santo. Allí pudo formarse junto a otros religiosos de la Orden dedicados a labores artísticas, como fray Miguel Lorenzo. No obstante, la huella de esta posible etapa de aprendizaje resulta, hasta donde se sabe, irrelevante en su catálogo, pues ha de valorarse esencialmente como un pintor novohispano. En 1719 llegó a Nueva España y pasó a estar adscrito a la provincia del Santísimo Nombre de Jesús, de la Orden de San Agustín. Su catálogo incluye retratos y obras de tema religioso, algunas firmadas y fechadas en las que hizo constar su condición de fraile agustino. A partir de 1753, año de su fundación, fray Miguel de Herrera perteneció a la primera Academia de Pintura de México. Su producción está documentada hasta 1765.
Fuentes: Alonso, Adriana, "Retrato y memoria colectiva. Nuevos desafíos en torno a la retratística monjil novohispana" en Fronteras de la Historia, vol. 26, no. 1, (2021), 62-91.
"La virgen del apocalipsis". Museo Nacional de Arte, INBA Transferencia, 2000. Ex Pinacoteca Virreinal de San Diego. http://munal.emuseum.com/objects/358/la-virgen-del-apocalipsis
https://racba.es/museo-historico-virtual/fray-miguel-de-herrera/
Estimado $40,000-60,000
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